sábado, 13 de febrero de 2010

Desnuda y en la mesa.

Siempre que me encuentro frente a una hoja  en blanco frunso el ceño. Antes de escribir, mi mirada se queda inmóvil en un punto y me pierdo, lo hago constantemente y no suelo regresar para escribir. Nunca me ha gustado que me pregunten ¿Qué haces?, de hecho nunca me ha gustado que me vean escribir, me siento más desnuda que cuando he estado realmente desnuda.

Las hojas del papel en blanco me dicen tanto por sí solas, son el reposo de mi alma, un reposo postergado por el asfixiante mundo. Escribir es como pintar, tú escoges los colores, qué pintar, etc. Su única y radical diferencia es que la pintura es vista por todos, un pintor ante el lienzo no esta solo, el universo conspira a su favor, las estrellas son sus velas; velas que le alumbran y tonifican los colores que va a usar. El pintor a diferencia del escritor no puede esconder su obra, toda obra pintada por más pequeña que sea es para el pintor un hijo, imposible de esconder, tarde o temprano los hijos , reconocidos o no, surgen de los bahúles y los precipicios para postrarse ante el padre pródigo. Algunos pintores destruyen sus obras e inmediantamente se las colocan en la inmortalidad del pensamiento, una verdadera pena para el pintor. Por su parte el escritor tiene que hacer su labor a solas, beber a solas cada una de las letras que recrea en su mente, cada imagen es plasma hecho prosa, poema o cuento; me quedo corta y algunas veces ya no puede existir un mundo para el que escribe.

A mi por lo pronto se me acaba el mundo cuando la palabra que quiero no existe, busco el diccionario como si estuviera en medio de Alaska sin suéter. Bueno por lo menos ahí esta la chingada palabra -pienso al mismo tiempo que me abrigo la cabeza que ya estaba atormentada en Alaska- y otras veces no hay palabra. ¿Dónde estás? me siento como__________ y el espacio en blanco representa esa ansiedad perdida, esa sensación irreconocible para el vocabulario, luego viene la música, el cigarro, la ventana que apunta al cielo y todos los recursos que se perciben para inventar esa palabra. No la encuentro y dejo la hoja en blanco, intacta, sin ser maltratada y la palabra que más se acerca para resumir todo eso es: Kafkiana. 

Yo escribo puras hojas Kafkianas, todavía no levanto templos y mis personajes fruncen el ceño igual que yo, me reclaman cosas. Una vez al segundo párrafo de una carta que no escribía yo sino mi personaje, todo quedo suspendido, lo siento -volví a pensar- no quiero escribir eso, ni tu quieres - le decía a mi personaje-. Comencé a charla con mi cabeza y luego me dije que estaba loca, no pude continuar el cuento y además odié a mi personaje ¡Eso no tiene nombre! Después de un año o más regresé a la carta que mi personaje escribía, más o menos dice así.

"Te amaré hasta que seamos unos ancianos" Eso no tiene sentido, sin embargo yo lo creía posible y heme aquí siendo una anciana flácida, mis pechos dejaron de existir; bien sabías que nunca fui de senos grandes y mi cuerpo encorvado dejo de levantar suspiros en las calles. Mis piernas son lo único que me quedó y qué... ¿Amarás sólo a mis piernas? Yo se que no, pero tú frase nunca tuvo un sentido. Ahora que estas muerto el sentido de ese enunciado murió contigo. Los hombres debieran morise con sus palabras porque lo  que me quedo de todo fueron palabras recayentes que se sontenían como el lápiz en la mesa y que pude entender ahora que ya no estas. Lo peor de las palabras recayentes son el sinsentido que impera en ellas, ahora veo esa frase por todos lados, reproduciendose sin ti y me duele tanto. Cada vez existe menos gente y más sinsentido como esta carta recayente que te escribo, aunque no estes.

Y llegó mi papá y no quiero que me vea desnuda, perdón, quise decir escribiendo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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✿ Belle ✿ dijo...

Uh, pues te acaban de dar una declaracion pre valentin, q bonito y triste a la vez

sweet candy dijo...

Yo también busco palabras q no existen para "aquélla" que mató a mi....tú sabes...de nuevo gracias x escucharme, te quiero.

Fernand Martinolli dijo...

orass este post elevo bastante mi cerebro... es una pena que vivas taan lejos pero.. es bueno saber de mujeres como tu y con ese cerebro existen

ya sabes soy tu fants! :D ya conectate al msn hace raton que no charlamos ;D

Cuentista dijo...

Cuando uno habla con sus personajes... no hay nada más emocionante, que se levante un personaje y se rebele contra lo que estás escribiendo, que te muestre el camino, las palabras...esa sensación me encanta. Muy bueno!