miércoles, 30 de junio de 2010

Invernando (2 parte.)

...Y Orlano despertó medio siglo después, se levantó a mirar la ventana que iluminaba su alcoba, su cabello era largo y estaba perfectamente desenrredado ya que sus sirvientes en todo ese tiempo procuraron que sus bienes y su apariencia fuera cuidada,  pero sobre todo cumpliendo al pie de la letra la orden de la difunta reina para protegerlo.

Cuando abrió los ojos la luz que salía de ellos se confundía con los rayos que entraban por su ventana, Orlando luce extraño, con ese cabello cubriendo todo su cuerpo y esa fugacidad en sus ojos oculta un misterio. Caminó por su cuarto reconociendo todos los espacios, llegó a un espejo, se miró hermoso hasta que echó su cabello para atrás y ya no era más Orlando el hermoso, en ese moménto con la juventud y la belleza que la reina le había concedido medio siglo atrás después de su perdida amorosa él se transformó en ella.

Con un par de senos detrás de ese cabello Orlando se contempla con su nuevo cuerpo , luce hermosa, está lista para salir, entonces, sale  con un vestido victoriano blanco lleno de tules, sus nuevos sirvientes corren asustados murmurando entre ellos que el amo ha despertado y que ahora es mujer. Ella ha cambiado y sonríe, el mundo también.

miércoles, 16 de junio de 2010

Son flores con espinas.

Con mi saliva, tejo
arañas, puñales y polvo,
quisiera fueran flores
igual a tus ojos,
nublados.

Aprendo a tejer
arañas, puñales y polvo
de tu saliva,
de madre descuidada
y caricias torpes.

Ser tú quisiera
tan colocada...
Tan desierta,
y mirar desde tus ojos chuecos
¿Cómo soy?

A veces puta iracunda
indeleble niña flor
pedazo de ti,
de tus ojos chuecos
tan desierta
y colocada

Las flores no existen
si no las ves,
así como yo
no existo
cada que me odias.

.

viernes, 4 de junio de 2010

He triunfado!!!!

...y para celebrarlo comparto esto, a ustedes que están  ahí y que me leen.

LIevamos en nosotros el centro de la naturaleza: si hacemos de nosotros un ángel, seremos un ángel; si hacemos de nosotros un demonio, también lo seremos: nos hacemos constantemente en la creación, cultivamos nuestros campos.

D.A Freher.
(Paradoxa Emblemata, s. XVIII)