lunes, 1 de febrero de 2010

Crónica Black Palace

Eran las nueve de la mañana y me levanté bien animosa, ese día vería a mi amiga Gi y siempre le quedo mal llegando tarde ó pidiendo clemencia para ir a un lugar barato por mi falta de dinero, nunca le he dicho lo mucho que me apena salir con lo justo para mis pasajes y si bien me va dos cervezas, sin embargo aquel día no, era el día que  iba a enmendarme con ella, inclusíve llegaría temprano y eso me ponía contenta. Siguiendo con este tajo de honestidad delato uno de mis defectos: nunca soy puntual.

Esa mañana arreglarme resultó una fatalidad, mi cita con Gi era a las doce, eran las once y yo todavía no tenía mi cabello seco para peinarme, planchaba un sweter mientras mi madre me decía que no me fuera sin desayunar; realmente me debatía entre desayunar, peinarme y ponerme otra ropa para no tener que planchar, todo eso sucedió mientras sonaba like a friend de pulp, o sea, menos de cinco minutos. Finalmente mandé a la chingada todo eso y envié un mensaje a mi amiga. Debiera resultar fácil el envío de mensajes a sus amigos en momentos de premura como el que me sucedió a mi, pero al parecer mi suerte estaba echada esa mañana y no pude encontrar su número. Fue un fastidio buscarlo porque lo hice en vano, he aquí otro de mis defectos, mi mala memoria ¿Dónde está su número? ¡Lo anoté en una hoja! y no encontré nada, hasta que recordé que el día de mi cumpleaños me había mandado un mensaje, copié el número, agarré el celular de mi mamá (ya que nunca traigo crédito) y le envié un mensaje para pedirle que me esperara media hora más, también agregué unas lineas pidiendole que si veía el mensaje me llamara a mi casa.

La odisea de esa mañana concluyó con la mala noticia: a mi amiga no le habían autorizado su día de descanso y  no iba a llegar. Mi momento de enmendarme con ella estrujó en mi cabeza como una bolsita escándalosa de celofán. Con esa noticia me dio tiempo de peinar mi cabello, desayunar, leer y hacer mil cosas más; en la tarde la aburrición iba a ser mi pan. Decidí relajarme, prendí la computadora para escuchar música, en ese moménto sonó el teléfono, era mi amiga Georcely que me invitaba a un toquín cerca de mi casa, el plan estaba de wuevos y me favorecía en todos los sentidos, así que sin dudarlo quedamos a las siete en cierto metro de color blanquito.

LIegué muy temprano. Realmente me apresuré porque tenía miedo de retrasarlos, con sólo seis minutos después de las 7:30 busqué a Georgy y a sus amigos, pero fue en vano, así que decidí esperar, saque mi libro de Dostoievski y leí: Fue aquella época singular para Raskolnikov; se hubiera dicho que una especie de bruma caída sobre él lo mantenía en una soledad agobiadora y desesperante, cuyo fin podía preverse. Cuándo mucho tiempo después recordó esos días, adivinó que su conciencia habíase eclipsado a veces, y que eso debió haber sucedido, salvo raros intervalos de lucidez, hasta que se produjo una catástrofe final. Estaba positivamente convencido de haberse engañado acerca de varios puntos, en especial la fecha y duración de ciertos acontecimientos. Pausa.
Levanté la vista y ni señas de mi amiga, miré mi celular para ver la hora y eran 7:58, ¡chale! creo que me dejaron plantada-pensé-, pero por lo menos salí de mi casa a leer mi libro, bueno ya llegará sino pues regresaré a mi casa para taparme del frio.Volví a bajar la vista para seguir leyendo: A veces se sentía dominado por una angustia que llegaba a transformarse en terror pánico. Pero recordó con nitidez que hubo minutos, horas y hasta quizá días en los que permaneció sumido en una apatía análoga a la triste indiferencia de ciertos moribundos.Pausa.
Creo que ya va a llegar, lo presiento y volví a levantar la mirada, era ella. Con su inconfundible cabello de princesa medieval alemana se acercó a mi con una enorme sorisa (también inconfundible) para decirme que la disculpara, que ella y la banda acababan de llegar; después  de lo que se dice en esos casos nos acercamos a la banda, me presentó y todo, aunque yo me sentía completamente beoda ante tanta vibra dark.

Las Black Palace son chicas como de mi edad, la bajista tiene 18 años con una vibra bien buena onda. Después de las presentaciones  y con las miradas indiscretas de la gente nos dirijimos hacia el lugar de la tocada, uno de los organizadores nos abordó ¿Ustedes son las Black Palace?, sí, respondieron. El chico que no me acuerdo como se llamaba nos encaminó al lugar donde las Black iban a darle metal a todos. Cuándo llegamos me encantó el lugar, era uno de esos hoyos a los que solía ir cuando estaba en la prepa. "Dark Side" estaba en la zotea de un edificio de Neza, ultramegaunder; en ese lugar se podía fumar adentro y nada que llegaban los de protección civil para clausurar el lugar, aunque yo creo que no les falta mucho, pues el escándalo que hace la música metal no puede dejar de percibirse.Con luces de neon nos ofrecieron cuatro cervezas y una mesa. Estabamos ya acomodadas pero las miradas del futuro público estaban encima de nosotras, por ser guapas, además las chicas para representar más la dureza de la música metal se maquillan y su look queda completamente fuera de dudas, son metaleras.

Era divertido ver como cada una de ellas se maquillaba mientras los organizadores les proponían abrir el toquín. Danos unos veinte minutos dijo mi amiga Georcy. Lo interesante era mi sensación de extrañeza. Desde que salí de la prepa me alejé de tocadas de ese tipo y a las que llegaba a asistir no iba sola, así que mi libertad era condicionada por la desición de "otro", esos espectáculos siempre los contemplaba desde lejos y de esa forma abrí un abismo para convertirme en una simple espectadora, algunas veces de las más chafas, a pesar de que en algunos de esos lugares siempre tuve la oportunidad de socializar todo era medido por mi ojo supervisor y me alejé lo más que pude de un ambiente que toda adolescente debe vivir y reconocer.

Las Black Palace estaban listas para comenzar, conectaron sus instrumentos para abrir con "The Hell Within Us" e hicieron covers de grupos que la verdad no recuerdo, sin embargo todo estaba permitido en la onda del thrash metal. Fué una hora en que su público se juntó alrededor de ellas para aplaudirlas y tomarles foto mientras movían sus largas cabelleras. La gente sacudía su cabeza en círculos exhibiendo la energía acomulada que la música de las Black les transmitía. Finalmente se armó el slam metalero y yo que me econtraba muy cerca del grupo me había resignado a quedarme sorda por sentarme junto a las bocinas, pero de ninguna manera pretendía salir lastimada, así que cuando el slam se armó me arrimé a unos tipos grandototes para que me sirvieran de pared y poder ver  los toros desde el ruedo, de esta manera las Black concluyeron su toquín y realmente me sentía orgullosa de mi amiga, verla tocar la guitarra y sacudir su cabello de princesa con tanto furor es su elemento. Al final ya había llegado el grupo que seguía y ellas no podían bajar del escenario porque sus fans querían la foto del recuerdo y ¿por que no? también el abrazo y el teléfono, situación de la que yo tampoco me pude salvar, pero que salí muy exitosa.

Las Black Palace fueron fotografiadas muchas veces y yo me sentía realmente rara, por una parte no tenía a nadie que me hiciera caras o me dijiera "Mira que chafitas" ó "Qué ternura" en un tono de me dan lástima tus amigos, mejor vámonos; y por otro me sentía dentro de algo que por más sencillo que fuera era mi vida, mis amigos y mi mundo visto con otros ojos, dejé de observarlo como una simple espectadora para concentrarme en un núcleo que me parecía hermoso y acogedor. Cuando terminamos en el Dark Side nos dirijimos a otro lugar cerca con el novio de Georcy. Mientras ibamos en camino ella me comentaba que su novio acababa de tocar y que desafortunadamente no lo vería tocar. El lugar al que llegamos se llama Bulldoser (jajaja, lo siento, esque el nombre me recuerda al Bulldog, el lugar de Olayo Rubio, pero al que llegamos nada que ver) subimos unas escaleras olor marihuana y unos tipos sentados ahí nos decían "pura maldad" porque mis amigas iban con sus caras pintadas, en fin, la noche concluyó tranquilamente en el metro donde nos vimos y cada quién para su casa.
Mientras estaba sola en el metro a las doce de la noche pensé que algo había hecho click en mi. ¿Por qué siempre quiero voltear el calcetín al derecho? ¿Por que esforzarme por alcanzar inalcanzables? No lo necesitaba, era feliz así. Con ese pensamiento bajé del metro y tomé un taxi, mientras el taxista se esmeraba en hacerme la plática yo estaba feliz, me cobró cuarenta pesos y me dejó en la puerta de mi casa e inmediatamente de la manera más sencilla esa noche se me regaló una certeza.

4 comentarios:

Fernand Martinolli dijo...

jajaja manita.. eres la version femenina de martinolli en todo su explendor jajajajaja. y mas con eso de no tener credito en el cel

hijole.. esos son los golpes bonitos de la vida.. bueno no bonitos.. sino que todo encaja. y deseote muchos dias como estos :D

MORTY GEORCELEE dijo...

WOOOW!!!! QUE RESEÑA TAN MAS EMOCIONANTE, CADA PALABRA QUE MIS OJOS OBSERVARON SENTI ESE VIAJE A ESTOS RECUERDOS EMOCIONANTES QUE TUVIMOS JUINTAS ME ALEGRA MUCHO QUE TE HAYAS DIVERTIDO BASTANTE, YA NOS HACIA FALTA CONVIVIR Y CONBEBER!!! TE QUIERO MUCHO IRAIS

Unknown dijo...

ah, la verdad te concibo tan "tú" llegando tarde, quejándote del sol, sorprendiéndote con mis confeciones sexualeslesbianassodomitasetcetc, ejem, que si cambiaras a la fuerza y no por gusto no volvería a verte,
siento la cancelación, pero este fin no hay excusa alguna, ya quedamos no?

La guapa dijo...

Fernand: tú y yo merecemos una chela, pero sólo una porque casi ya no bebo.

Morty: Te quiero mil.

Gi: Tú di cuando amiga...ya sabes onde estoy.