miércoles, 10 de marzo de 2010

En el presente.

Pasar la mirada por el sol en estos días puede resultar peligroso. En estos tiempos postmodernos hasta el sol ha cambiado, yo no lo veo igual, tengo que huir de él cada vez que es primavera porque me derrito y mi piel en lugar de lucir un tono envidiable termina por resecarse y estropearse toda, definitivamente el sol cambió y mirarlo con recelo no ayuda en mucho, huir de él es apenas la manera más lógica para protejerse de sus incontenibles rayos ultravioleta. Si no se puede mirar el sol ¿Entonces qué hacer? ¿Para dónde mirar? Puede ser que en las grietas de los edificios se encuentre la respuesta, en las sombras también se encuentra reposo. 

Mirarlo todo y mirarlo bien bajo la luz del sol debiera ser un ejercicio a practicar. Ayer por ejemplo mientras tomaba un delicioso fráppe me quede mirando sin querer a un punto fijo, a la nada, yo no estaba ahí, mis pensamientos se transportaron hacía otro lugar más esperanzador, pero sentí de pronto el impulso de volver y cuando lo hice mis ojos resintieron el efecto del que les hablo, mareada por los puntos multicolores que se formaban al parpadear me levanté de la mesa, pagué y me fui hacia una banca con árboles y sombra para perderme otra vez. En otras ocasiones por ejemplo he mirado las bardas blancas de los edificios, los espejos, el mármol y siendo más profunda y poetica he mirado con gran detalle a la gente bajo la luz del sol, mis resultados  podría venderlos a una agencia de poesía (si esque existiera) para que los hombres perdidos y desencantados echaran un ojo de vez en cuando y construyeran con las palabras que yo no puedo algo sublime.

De lo terrible se pasa a lo bello, de las bardas blancas y los espejos se pasa a encontrar que uno no está tan vacio como pensaba y que la sombra que brinda el propio corazón es un motivo para tener esperanza.
 

4 comentarios:

NTQVCA dijo...

Tendremos que metamorfosearnos y usar grandes sombreros de ala ancha, quizás a alguien se le ocurra explotar su ingenio y se vuelva magnate de los sombreros, ya será tan comun usarlos que no traerlo puesto sería como andar desnudo...no faltará entonces quien no lo use.

koveri dijo...

desde que tengo uso de razón siempre he preferido ver el reflejo de la luna sobre el mar que el destello que produce el sol...

sweet candy dijo...

Todo guapa ha cambiado...incluso yo...

Gustavo dijo...

Bueno a mi me gusta el sol en invierno o cuando estoy de vacaciones. Odio el sol de verano en la gran ciudad. Encima ese clima pesado, humedo. Faltaria que se derritan los edificios y las avenidas se conviertan en verdaderos rios de alquitran jaja