lunes, 23 de marzo de 2009

Burbujeante y cascabelera.

Era el año de 1988 y mi madre me levanto para la escuela. Mientras me vestía me dijo así de la nada que el mundo era un lugar muy feo, yo no entendí, así que pregunté ¿Mamá, qué es el mundo? y ella no respondió...

La vida siguió su curso pero un día algo toco mi hombro, sorprendida mire hacia atrás y ahí estaba el mundo con su sonrisa cínica que se me mostraba en toda su magnitud. Después de eso vino la muerte de mis abuelos y papá se quedo sin dinero, entonces un mundo sin dinero es un lugar mucho más complicado y horrible. Recuerdo muy bien mi última risa antes de que el mundo apareciera, fue una risotada grande que salia de todo mi cuerpo, fuerte, larga y sincera como suelen ser, cuando vi todo lo que el mundo podía hacer de mi y de mi sonrisa decidí que no era buena idea mostrarla y entonces la arranque de mi rostro para guardarla en un lugar seguro, pero el mundo nunca es un lugar seguro, cualquiera la podría descubrir y hacerla pedazos así que ante mi dilema decidí comerla, por eso tengo las cosquillas por dentro. Después de eso todo lo demás pasó muy rápido y cuando recobre la conciencia estaba en el metro con un reloj, eran las 8:30 tenía que llegar a trabajar, ya era adulta.

Tengo mi sonrisa en la panza, por que cuando se enferma el estomago duele terriblemente, y es entonces cuando llega la verdadera batalla, por que cuesta más mantenerla firme y honesta ante todos, por eso me gusta la gente que me hace reír, por eso me gusta viajar en moto y las cosquillas que siento con los amores, en especial con tú amor, y la playa y Corina y los amigos, el vino tinto, los libros y la escuela, la música, el cine y todo aquello que me arranca una carcajada sincera desde la panza. En general la espontaneidad y sus colorcitos. Porque la vida mi estimado lector es una batalla que nadie debiera perder.

¡A defender la sonrisa, carajo!

4 comentarios:

La guapa dijo...

Moraleja: Una contenta panza es un sana sonrisa :)

La guapa dijo...

Panza contenta!!!!

María dijo...

Yo mi sonrisa la regalé.

Muy parecido al episodio de los simpsons donde bart vende su alma.
La diferencia es que yo no pedí nada a cambio... y la persona se fue lejos.

Sonrisa, se busca.

Isaac Sevchovicius dijo...

El mundo... ese verdugo. Tu madre, hay que decirlo, habló con verdad. =)