martes, 27 de octubre de 2009

Entre putas obsesiones.

Me estoy echando a correr a los ojos de otro muchacho
que almenos cuando me mira, me hace reir un rato
por que los tuyos están tan lejos de mi, que casi no puedo mirarlos.
Me fui/ Bebe /Y punto.

Una obsesión me dijo que yo no importaba. Le creí.
Después creció, tuvo muchos hijos, se magnificó; en especial había una de sus crias que me miraba. Yo que soy mala para enfrentar la adversidad no me sentí capaz de rehusar ese contacto visual. La miré y me atrapó.
Una vez establecido el vínculo con la hija, su madre, la gran puta murió.
Yo me quede viva (almenos eso creo) con una obsesión bebé. Uno nunca sabe la responsabilidad que es tener una de esas crías, todos los días se tiene que alimentar, no da tregua.
Me explico: si desde el principio se estableció que su manera de alimentarla serían las miradas, considérese afortunado, pues una de esas criaturas exige mucho más que un mero intercambio visual. Algunos me han contado que acariciaron a su obsesión, la besaron, hablaron con ella y establecieron un vínculo difícil de alimentar. El esclavo tiene que salir a buscar ese alimento, si no se le alimenta, la desdichada comienza a comer las reservas del corazón, deja un vacío y después uno no encuentra consuelo, pierde recuerdos; mientras la regordeta se instala en una realidad, que se vuelve la tuya. Algunos al llegar a este punto enloquecen, consideran la batalla perdida, pues la obsesión consagra su triunfo y nadie más que uno mismo se ve obligado a mantenerla. Yo me enteré de eso y de inmediato me negué a ese destino.
Hoy me escape de mi pequeña y el hueco en mi cabeza duele como si no tuviera cabeza, quiero ir a alimentarla, quiero llevarle un nombre y toda la infinitud que representa. No debo, ella tiene que morir antes que yo termine mendigando ó acabe como su puta madre.


5 comentarios:

NTQVCA dijo...

¡Guapa!, pero que sorpresa!, sin afán de venir a barbearte, el titulo, la historia, imaginar mi propia obsesión, hasta la etiqueta!!!
Chales, grata lectura la que regalas, ¡bravo!.

NTQVCA dijo...

Es más, te llevo a mis blogs favoritos.

La guapa dijo...

Me siento muy alagada, gracias. Tú comentario me hizo el día. Abrazo linda!

sweet candy dijo...

Creo que brinco de una obsesión a otra...cosa que no me agrada...pero aunque esto nuevo no lo defino como obsesión, puede llegar a serlo...mejor parar antes de que sea demasiado tarde, por nuestro bien...

Roberto dijo...

Fuerte texto. Me da un poco de miedo pensar en que lo que está detrás fuera el resentimiento de la gente fea. No sé. No lo tomes a mal.


Saludos,


R