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Mostrando entradas de octubre, 2010

...Algo importante que decir...

No hay nada más triste que  observar el espléndor   de la luna a través del cristal sucio de un microbús lleno de gente. Lo importante es: la luna brilla hoy.   Y ya no estoy en un micro .

Verguenza de amor.

Amor, amor mío, me averguenzas te pierdes ante cualquier guiño ya no sé si vas o vienes flotas cuál caballo con alas  en cielos que no te pertenecen. Regresas herido con sangre que no sangra con polvo de estrellas entre los ojos regresas sin llanto sin tacto, sin piel, vuelves invisible y extinguido. Y en la pena te sepulto, me escondo para no verte, mío, amor de mí, te veo en el incendio de tu extinción, de tu pena de tus alas rotas por volar en cielos que no te pertenecen. Amor mío de mí me averguenzo de tu penar y te sepulto en el orgullo donde parece que nada paso, entonces termino de quebrarte y despierto sin aire, sin suelo que pisar. El orgullo no sirve. Herido amor mío de mí; regresaste, de quién sabe cuántos cielos, el orgullo no sirve para ocultar mi verguenza, aquí se acaba el dolor. ¡Alegrate amor de mí! Existes donde te inventé en la piel que amé y me amó en los árboles, las piedras y los soles en que te ví volar. ¡Alegrate amor ...

Tolerancia

Mis respetos a la gente que lleva una vida normal, con casa, seguros, perro, esposa (o) y 2.5 hijos, todo en su lugar. Y entonces...si le tengo respeto a esas personas este post no debería existir, pero existe porque no les creo en sus vidas, en sus acicalantes palabras de autoayuda cuando ven a un pajáro negro tirado en las banquetas, esa gente pasa, mira y con actitud de poca caridad te pisa una tripa para seguir su camino. No hay lugar o sitio que  haya recorrido sin conocer a uno de esos seres mancilladores, uno de esos seres que se autollaman magnanimos, que se presumen compasivos, que te cuentan cuentos de hadas. La verdadera tolerancia consiste en saber que ellos tienen su lugar y yo en mío en este cosmos. Lo mejor que me ha pasado en esta vida es tener la desgracia de haberlos conocido y saber que han hecho de mí una mariposa negra, acicalante y de alas largas para no dejarme atrapar.  Algunas veces ante tanta alegría la oscuridad me asecha incrédula.