Una noche con velas
Cuando llego a casa un aroma familiar me rodea, buscar entre mis cajones la ropa que me gusta, ir a la cocina y coger un trasto, todo eso es una actividad que mi cerebro hace familiar. La escuela, la rutina, todo gira en un ambiente donde me encuentro en el centro. Algunas veces la misma atmósfera que nos procuramos nos acoje brindandonos un sentido de protección, quisiera argumentar más al respecto de ese sentido de la protección, pero no tengo a la mano documentos ni autores que puedan describir más adecuadamente lo que quiero decir. Lo que sí tengo es la hipótesis de que ese sentido de la protección nos ha acompañado desde siempre y sin saberlo nos entregamos a él, lo materializamos en todo lo que hacemos, somos un microcosmos impregnando nuestra escencia alrededor, de esa forma nos reconocemos y en ese reconocimiento reproducimos el sentido de la protección. Un casa es el más elemental de los ejemplos de lo dicho anteriormente. La musica podría ser otro. Ident...