En el presente.
Pasar la mirada por el sol en estos días puede resultar peligroso. En estos tiempos postmodernos hasta el sol ha cambiado, yo no lo veo igual, tengo que huir de él cada vez que es primavera porque me derrito y mi piel en lugar de lucir un tono envidiable termina por resecarse y estropearse toda, definitivamente el sol cambió y mirarlo con recelo no ayuda en mucho, huir de él es apenas la manera más lógica para protejerse de sus incontenibles rayos ultravioleta. Si no se puede mirar el sol ¿Entonces qué hacer? ¿Para dónde mirar? Puede ser que en las grietas de los edificios se encuentre la respuesta, en las sombras también se encuentra reposo. Mirarlo todo y mirarlo bien bajo la luz del sol debiera ser un ejercicio a practicar. Ayer por ejemplo mientras tomaba un delicioso fráppe me quede mirando sin querer a un punto fijo, a la nada, yo no estaba ahí, mis pensamientos se transportaron hacía otro lugar más esperanzador, pero sentí de pronto el impulso de volver y cuando lo hice mi...